Parecía que no llegaría,  pero es cierto. ¡Queda menos de un año para elegir nuevo alcalde o alcaldesa!. Y esto no es baladí para el pueblo de Ubrique. No lo es para sus gentes ni para su futuro.

La perdida continuada de los valores democráticos al que nos están sometiendo el PA-PP, la desidia e indolencia de estos ante los muchos desafios que presenta una población como Ubrique y el desaliento ciudadano ante la falta de rumbo y de propuestas de futuro, hace que estas elecciones se conviertan en uno de los retos mas importantes para la ciudadanía en su conjunto.

Para los socialistas ubriqueños son unos comicios muy importantes. Trás siete años de gobierno compartido entre andalucistas y populares, el resultado global es claramente negativo.

Las apuestas por el turismo, las grandes infraestructuras, las soluciones al tráfico rodado, los aparcamientos, la diversificación económica, la defensa del sector de la piel, etc… han quedado solo en eslogans publicitarios, solo en humo, solo en repetir una y mil veces cuatro o cinco ideas para que, al reiterarlas continuamente, parezca que son una realidad, pero nada mas lejos de esta.

Ubrique necesita criterio, saber a donde se quiere llegar, rumbo decidido, pulso firme, entrega, dedicación y un enorme empeño por conseguir mejorar, pero sobre todo, creer en lo que se dice, confiar en lo que se hace y ser lo suficientemente humilde para llegar a todas las puertas sabiendo que aunque el derecho te asiste somos uno mas y en tu trabajo y esfuerzo estará la recompensa.

Personalmente no veo nada de esto en los actuales gobernantes locales. Es hora de dar oportunidades a otros que si apuesten por este modelo, por esta forma de trabajar, por esta manera de ilusionarse y, en definitiva, por no reusar ninguno de los retos que se nos presentan.

Como es de suponer, creo que es el momento de que los socialistas de Ubrique tomen ese relevo. Obviamente con su refrendo en las urnas, el mismo que obtuvimos en las elecciones municipales de 2007 y que solo un anunciado «pacto por pasta», nos apartó del gobierno local.

Intentarán deslegitimarnos, los de siempre, con la aburrida letanía de los 20 años, de la Junta y de Zapatero y la crisis, pero aún sintiendonos correponsables, hay que dejar claro que cada partido se juega en un campo diferente y en este caso, el partido es de rivalidad local.

Afrontemos esa realidad con responsabilidad pero con optimismo y que gane la ciudadanía con su elección. ¡Ya falta menos!