En vísperas de la procesión de nuestra patrona, el Alcalde de Ubrique, Javier Cabezas, procedió a introducir una bolsa de basuras en los contenedores soterrados de la plaza de la Trinidad, dando por inaugurado este equipamiento junto al ubicado en la c/Torre

(Entrada del blog de los callejones)

Hasta ahí todo puede parecer normal pero me surge una duda. ¿Sólo se han inaugurado los contenedores soterrados de la Trinidad y Torre o es que sólo eran el ejemplo por ser los más emblemáticos? ¿Funcionan ya todos los instalados con anterioridad?

Me refiero concretamente a los situados en los callejones, en tres emplazamientos diferentes, que se encuentran en un estado, como mínimo, de medio abandono (hace un año decíamos…), están oxidados, rodeados de basura o con contenedores de vidrio y papel impidiendo su acceso.

Ni que decir tiene que la palma se la llevan los que colocó delante del colegio Victor de la Serna, obra estrella de esta legislatura, y donde se puede comprobar que hay mil maneras de hacer una cosa mal y no cejar en el empeño.

Por cierto que de nuevo están otra vez, rotaflex en mano, haciendo no se qué a la entrada de esta comercial calle peatonal ubriqueña.

Pero a lo que vamos, después del dinero invertido en estos equipamientos ¿los veremos funcionando algún día? ¿resolverán en un futuro próximo todos sus problemillas? o ¿sólo se trata de su política habitual de malgastar los recursos públicos? Me temo mucho que puede pasar como con tantas otras infraestructuras locales, una vez construidas se dejan cerradas y deteriorándose, duplicando el coste público.

O a lo peor, con la cercanía de unas elecciones locales (mayo del año que viene), pasa como con la piscina cubierta, que la abrirá tras siete años de espera, ojalá que en buenas condiciones, sólo movido por el oportunismo político.

Su error está en no pensar que el ciudadano no ha podido disfrutar de unos equipamientos para los que ya hizo su contribución.

En fin, ¿qué nos quedará por ver de aquí a las elecciones municipales de mayo?